Luis Salas
Comúnmente se piensa que el mito es una historia fantasiosa y por esa razón es irreal e irracional. También se considera, en la historia de la filosofía, que los mitos son textos no filosóficos por la razón de que en ellos se habla o se hace mención a los dioses como los creadores del todo. Los mitos no son considerados como textos filosóficos en los cuales se puede hallar una referencia a un hecho histórico, actual, real humano. Nuestra perspectiva es que los mitos, a pesar de que tengan mucho o poco de fantasioso, el discurso que desenvuelven hace referencia a un hecho real, nacen de ahí, esto conduce a que los textos míticos pueden tener interpretación filosófica e histórica.
Hinkelammert hace un análisis de algunos mitos y plantea que éstos son los que dan origen a la modernidad. Este análisis los esboza en dos obras principalmente, en La crítica de la Razón Mítica y en La Maldición que pesa sobre la Ley. ¿Por qué buscar el origen de la modernidad? Para Hinkelammert, es fundamental buscar el origen, (la entrada al laberinto), porque ahí se encuentra la salida al problema en que estamos inmersos. La única escapatoria posible es por donde se entró, no existe una salida alterna. Asimismo, es esencial ir al origen porque también ahí se encuentra la crítica. La modernidad crea realidades dentro de ella que son las que constituyen este laberinto y son las que se encargan de ocultar la salida. Estas realidades constituyen un laberinto, que Hinkelammert llamó, el laberinto de la Modernidad. Es un laberinto que mueve la salida estratégicamente para no ser encontrada. “El mito griego del laberinto el héroe entra al laberinto y encuentra solamente de nuevo la salida porque lleva consigo un hilo, que Ariadne le consiguió y que constantemente le permite saber, cual ha sido su caminar adentro. Por eso puede volver, en el laberinto de la modernidad hace falta también este hilo de Ariadne.” (Hinkelammert, 2007, 4). Hay que encontrar el hilo para que nos guie a la salida, sin el hilo seguiremos perdidos, buscando la salida.
Hay que situar la entrada del laberinto y recorrerlo, lo complicado es encontrar la entrada que se confunde fácilmente por las ilusiones que produce la misma modernidad. Ahora bien, Walter Benjamin plantea una tesis, la cual aparenta ser una entrada, en la cual muestra que el origen del capitalismo está en la aparición del cristianismo ortodoxo. Lo que quiere decir, que hay un rompimiento con lo planteado por Max Weber, una puerta más, que plantea que el origen del capitalismo está en el protestantismo. Sin embargo, Hinkelammert va más allá, él desarrolla la hipótesis del origen capitalismo está incluso antes del cristianismo, y dice que se encuentra en los mitos griegos, mitos como el de Ifigenia o el de Prometeo. “El mito de Prometeo, que en su origen es un mito griego, es desde la Edad Media uno de los grandes mitos de la modernidad (…) Inclusive aparece también en los grandes pensamientos críticos de la modernidad burguesa. Por eso contiene también la clave para el pensamiento utópico de Marx.” (Hinkelammert, 8).
Ahora bien, primero abordaré el mito de Prometeo y posteriormente el de Ifigenia. Ambos mitos pueden tener una doble interpretación.
El mito de Prometeo nos cuenta que a él y a su hermano Epimeteo los mandaron a dar facultades a los todos los seres. Prometeo se percató de que el humano no tenía facultad alguna, por lo cual tomó la decisión de robar un poco de fuego a Hefesto, Dios del fuego, para dárselo a los humanos como un obsequio. Zeus se enteró de lo que Prometeo realizó y como castigo lo encadenó en la montaña para que un águila, durante todos los días y miles de años, le comiera las vísceras. Era la sanción por haber dado el fuego a alguien inferior a los dioses.
Este mito también es analizado por Karl Marx en su tesis doctoral. Lo que indica que en efecto puede ser punto de partida y quizá parte de la entrada-salida del laberinto. Hinkelammert parte de Marx que muestra una cita genial que da para interpretar de manera positiva. “La confesión de Prometeo: “En una palabra, odio con todas mis fuerzas todo y cualquier dios.”, es la confesión propia (de la filosofía), su propia sentencia en contra de todos los dioses del cielo y de la tierra, que no reconocen la autoconciencia humana (el ser humano consciente de sí mismo) como la divinidad suprema. Al lado de ella no habrá otro Dios.” (Hinkelammert, 2007, 9; Marx, 1971, PREFACIO). La filosofía aparece como Prometeo, es quien maldice cualquier Dios por el hecho de ningunear al ser humano y de quitarle la autoconsciencia, además de no considerarlo como alguien supremo. La vida toda es lo más supremo para el humano y ello involucra su propia vida. Prometeo o la filosofía, se rebela contra todo lo que niegue la vida humana como algo supremo. Prometeo es un Dios que se rebela contra otros dioses y al ponerse del lado de los humanos, en ese momento un Dios se convierte en humano. Para Hinkelammert, Marx habla de un Prometeo rebelde que lleva la figura de la filosofía, que exige el reconocimiento de la autoconciencia humana que es la esencia suprema. Es una ética de la exigencia y lo que se exige es que el humano deje de ser humillado, abandonado, explotado, etc…
De esto se desprende que lo siguiente: Prometeo al darles el fuego a los humanos, Dios se hace humano, y a su vez, el humano se hace Dios. ¿Cuál es la distinción, o es lo mismo? Podemos decir que hasta este momento hemos abordado la visión de cuando Dios se vuelve humano. Ahora interpretemos la otra posición, el ser humano se convierte en Dios. Esta segunda postura es la negativa ya que el humano se siente Dios y olvida su humanidad, y al olvidarlo se vuelven dioses falsos. La característica de los dioses falsos es que humillan, explotan, conquistan, matan, en nombre de la libertad, del desarrollo, del progreso, de la vida. El humano se vuelve un Zeus que castiga y encadena a sus hermanos, a sus hijos. El fuego que era símbolo de la vida se ha vuelto símbolo de destrucción. Es un Dios que no permite que se le igualen y los que lo hacen hay que castigarlos. Los humanos al recibir el fuego se sintieron dioses y al dejar de lado su humanidad lo utilizaron como arma. Esta segunda visión del mito de Prometeo nos conduce al mito de Ifigenia.
¿Qué nos cuenta el mito de Ifigenia? En la versión de Esquilo se presenta a Ifigenia como la loca que no acepta el sacrificio para que los griegos conquistaran a Troya. Agamenón es el cuerdo. En la interpretación de Eurípides se presenta la versión de que Clitemnestra, madre de Ifigenia, es la loca porque no acepta el sacrificio de su hija e Ifigenia aparece como la cuerda. Es un sacrificio para conquistar, es un sacrificio que es útil y por tanto necesario. Es un sacrificio para acabar con otra cultura.
En los griegos se manifiesta claramente esa tendencia a la conquista, el sentirse superiores en nombre de los Dioses mismos. Es el sacrificio del ser humano para convertirse en un Dios conquistador. Un Dios que no reconoce otras deidades, que las aniquila. Tanto el mito de Prometeo como el de Ifigenia muestran el ser de la cultura griega. Y los dioses que figuran son dioses castigadores, estos son los dioses falsos, no es la filosofía quien habla, sino los sofistas que tanto critican los griegos.
La importancia del mito de Ifigenia es que gira en torno a tres temas centrales, la conquista, el sacrificio y la locura. Los griegos van en la conquista de Troya y para conquistarla hay que sacrificar a Ifigenia, pero al no querer ésta (o su madre), es considerada como loca. Se parte del sacrificio de una vida para acabar con otras vidas de otra cultura, no es el sacrificio por la vida, por demostrar que la ley niega la vida, como lo hizo Jesús. Con los griegos es un sacrificio que sirve para la conquista. Los locos son los que se niegan a la conquista, los que no quieren sacrificar su vida para dominar otras, los que van contra la mayoría que sólo sigue la corriente. Los locos porque se rebelan por pensar y actuar de manera distinta. Claramente se ven relacionados los tres temas, hay que sacrificar vidas para conquistar otras culturas, la oposición al sacrificio y con ello a la conquista, es ser considerado un loco.
Regresemos y planteemos nuevamente la pregunta ¿por qué estos mitos son considerados como los mitos fundantes de la modernidad? Se puede considerar que la interpretación negativa es la parte fundante de la modernidad, porque la parte positiva es la parte crítica de ésta misma. El mito de Prometeo el humano al convertirse en Dios, es lo que vivimos actualmente, tenemos primero al Dios Trump, a Putin, a la directora del Fondo Monetario Internacional, a los grandes empresarios que no paran de saquear la naturaleza, etc. Son los dioses que hacen las guerras, que conquistan territorios, que sacrifican vidas para la reproducción de capitalismo, que sacrifican vidas en nombre de la vida, que acaban con lenguas, tradiciones milenarias.
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