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Foto del escritorRevista Acontecimientos

De Tenanitla a San Ángel, el mural de Ariosto Otero

Actualizado: 21 jul 2020


Por: Itzcoatl Rojas[1]

UNAM/FES Acatlán



El artista plástico Ariosto Otero da vida al mercado de Melchor Ocampo, San Ángel, con su mural “De Tenanitla a San Ángel”. A través de este mural cuenta la historia del comercio, revalora el patrimonio histórico y cultural del barrio de San Ángel, y la actual vida nacional. Es la historia de un convento dominico en un lugar antes llamado San Jacinto Tenanitla lo que actualmente se conoce como el barrio de San Ángel. Se trata de un mural con cerca de 455 metros cuadrados, hecho con técnica de estuco esgrafiado, el cual consiste en generar un relieve (en este caso con cerca de seis centímetros) al que se le agregan tintas roja, amarilla y negra; esta técnica es la misma que practicaron los tlacuilos, los que escriben y hablan pintando, en las culturas maya y azteca.



Otero cuenta con 36 murales en la Ciudad de México. Murales que han caído en el olvido por parte de las autoridades, pues no se les da el mantenimiento debido. El mismo Ariosto Otero ha tenido que rescatar, de la completa destrucción, algunos de sus murales. Entre los que destacan: “Gran circulo de obreros”, “La identidad”, “La naturaleza es vida”, “Vida y ecología”, “La energía y el espíritu”, “Cultura y educación Calmecac”, “Mito y realidad”, “Cuando muere el tren” y “Los dioses del agua”, entre otros.



En la composición de los murales se observa la narración de un importante compromiso social por parte del artista, un compromiso que el mismo Otero externa y narra. En su discurso encierra un contenido pedagógico, didáctico, histórico; historia del pueblo que deviene en actualidad, realidad del mismo. Una de las principales ideas de Ariosto es que la imagen de la nación se sostiene con base en la cultura, el arte y la historia: “el muralismo en la sociedad, escenario de la conciencia, sostén de la cultura”. De esta manera el muralismo mexicano es historia, revelación de la propia actualidad. Así, para Ariosto Otero el muralismo es para todos, para que todos lo puedan apreciar, ya que el lugar de un mural es el lugar de todos.


“Al final el muralismo no es un trabajo personal, sino que se alimenta de todos y es para todos, es algo que se alimenta de la cultura y la hace posible”



Ariosto afirma que el muralismo es algo que se niega a las galerías. El muralismo es un trabajo de inmediatez para el pueblo y para la mayoría de ignorantes, no en un sentido peyorativo, sino haciendo alusión a la realidad educativa. Otero pone énfasis y marca su critica a la intelectualidad que está arriba todo el tiempo, como lo gubernamental y lo institucional, que se aleja del apoyo de la cultura, las artes y la educación, en cambio, apoya a las transnacionales que vienen destruyendo los espacios, como los mercados, y ante esto hay que realizar un rescate y crear conciencia social.



“Hay algo en el arte que hace que disminuye la violencia, cuando, por ejemplo alguien escucha música clásica se detiene a escuchar, en el caso de la pintura se detiene a observar”



Dentro del mural “De Tenanitla a San Ángel” se encuentran figuras, a manera de homenaje, de destacados participantes de la vida cultural nacional, entres ellos actores como Emilio Fernández, escritores como Octavio Paz, Carlos Monsiváis, Alí Chumacero, Sergio Pitol, Paco Ignacio Taibo II, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco; igualmente se encuentran destacados personajes de la historia nacional como Emiliano Zapata y el muralista José Clemente Orozco, el antropólogo y filósofo Miguel León Portilla y cineastas como Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón. Al centro del mural se observa a Xochipilli, diosa de las flores, seguido de la producción del tiempo en San Ángel, la historia de su comercio y sus flores y un segundo centro narra el discurso del pueblo, de la realidad inmediata.





El arte cercano a la sociedad, el arte escenario y base de la cultura, el muralismo mexicano como revaloración de la historia y la representación de los valores del pueblo, escenificación de lo propio.


En palabras del muralista Ariosto Otero:


“El muralismo tiene como esencia presentarse y ser apreciado por su esencia misma”

[1] Filósofo y Artista Plástico.

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